domingo, 6 de octubre de 2013

7 vidas.


Vuelve a ser domingo. Últimamente todos los días son domingos. Lo sé porque el aire sabe a derrota y tú dueles un poquito más. Los rincones de Madrid ya no esconden y las calles no saben hablar. Y no hacen falta nubes en el cielo para que yo tenga que llover. Y lluevo... lluevo a todas horas.
He olvidado dejar de recordar y el presente sólo me parece un poquito el abrazo que nos dimos ayer o la mirada que cruzamos ese 22 de abril que nos llevaría a una guerra de sentimientos con los corazones por trincheras que perdería yo.
Cada noche le aúllo a la luna para que me lleve con ella. No sé... quizás desde allí ya no te sienta en cada paso. Pero no la puedo engañar, ella sabe que soy una gata, y que mi lugar está en los tejados, recorriéndolos a ellos y  no a nuestra historia una y otra vez.
Decidí que se acabó, pero no sirvió de nada. Porque no quiero que cicatrices si significa que desaparezcas. Pero ya no tengo ganas de ti, porque ganas...ganas tú y pierdo yo.
No sé cómo superar ésto si sigue siendo domingo, y los domingos sólo sabe uno querer, recordar y doler.

miércoles, 2 de octubre de 2013

El viaje.

Hace semanas que Amaya ya no sueña, sólo duerme. Sus miedos se han puesto de acuerdo y la han colocado al límite del abismo. Así que Amaya ha decidido huir. Porque la vida le parece demasiado complicada a veces. Ahora está sentada en un tren cuyo trayecto desconoce, intentando olvidarse hasta de su nombre, porque ya no quiere su vida. Se inventará una nueva, con un nuevo pasado, un nuevo presente y un futuro muy diferente. María, 26 años, escritora frustrada que trabajaba en una librería y está enamorada, pero de los personajes de sus libros. No, quizás demasiado dramático. Elisa, 25 años, modista y, en ocasiones, modelo de zapatos. Aficionada al rugby. Amaya cree haber conocido a una Elisa, de modo que esa vida queda descartada; nada que le recuerde a su pasado. Inés,  fiel defensora de los animales. Empezó a estudiar veterinaria, pero en segundo de carrera se enamoró de un activista y los años siguientes se los dedicaron a protestas contra centros de experimentación. Poco discreto vivir siendo Inés si lo que Amaya quería era empezar una nueva vida. 
¿Ana de 25 años, peluquera que se dio a la fuga el día de su boda? ¿Mireia, astróloga, buscando a sus padres biológicos? ¿Quizás Andrea de...?

- Bonita camiseta-un chico se había sentado frente a ella y la sonreía.
- Gracias-dice devolviéndole la sonrisa.
- ¿Cómo te llamas?
- Aún no lo sé-le dice Amaya-. No sé quién soy... ahora estaba decidiéndolo.