lunes, 31 de octubre de 2011

Miedo.

Hace unos minutos que deje de sentir las piernas, ya no me guía el sentido común, sino el miedo. No veo adónde voy, pero no me importa, sólo quiero salir de aquí; huir. 
Veo papeles cubiertos de polvo, telarañas y pánico envolviendo las paredes.
Llego a una habitación y atranco la puerta con una mesa. Escucho una respiración entrecortada que hace lo posible para no ser descubierta. Sus esfuerzos por no descubrirse son vanos, veo como tiembla dentro de un pequeño armario. Abro lentamente la puerta sin saber bien por qué y le veo acurrucado, temblando de miedo.
No acierto a decir ni una palabra. Le había perdido hacía horas junto con otras dos chicas. Balbucea algo incomprensible, y cuando le ayudo a levantarse veo su camisa llena de sangre. "No es mía", susurra. No digo nada, ni quiero ni puedo.
Hay que huir. Todo es tan surrealista que aún no puedo creerlo. ¿A quién se le ocurrió la maravillosa idea de venir aquí?

Miro por toda la habitación buscando una posible salida, y entonces me doy cuenta. Había sido él quién insistió en venir aquí, él dijo que nos separásemos para buscar a Lucía, que se suponía, había llegado antes que nosotros. Veo en el reflejo de la ventana algo brillante detrás de él. Se gira. Yo me he quedado paralizada del miedo. Está muy afilada. Gotea sangre. El corazón me ha dejado de latir, y las manos me tiemblan. Me mira fijamente por el reflejo; ha dejado de ser él. Tiene los ojos inyectados en sangre, unos ojos desesperados sedientos de muerte. Y cuando sonríe un escalofrío me recorre el cuerpo. Su mirada perdida me confirma lo que sospechaba; me va a matar. Levanta el hacha y me mira descubriéndome mi muerte. No puedo respirar, no puedo correr, no puedo huir. 
La habitación se hace más pequeña de lo que ya es, la oscuridad me abruma, ahogo un grito de pánico, y le miro horrorizada.
Intento huir a la habitación de al lado. Una bonita e iluminada estancia sin salida. Su puño atraviesa la cristalera de la puerta y la abre, despacio; él sabe que no puedo escapar. Me escondo debajo de una pequeña mesa. Se acerca. Veo como arrastra los pies y deja sus huellas cubiertas de sangre. Me ha visto. Alarga su mano hasta el cuello de mi camisa y me arrastra. Me ahoga la camisa pero aún más el miedo. Me arroja a una esquina de la habitación y me mira sonriente satisfecho con la caza. Alza el hacha amenazante y ésta aún gotea sangre. Miro horrorizada, desesperada intentando encontrar un atisbo de compasión. El hacha baja rápidamente por su peso y el ansia de matar de su portador.
Siento el frío metal atravesarme y oigo su risa como un eco. Sonríe, sonríe satisfecho mientras muero.

domingo, 30 de octubre de 2011

Sueños.



Sigo caminando y veo mis sueños, mis ilusiones pasar cerca de mí. Ni siquiera me han mirado. Han olvidado que son míos, probablemente porque hace tiempo yo dejé de luchar por ellos.



sábado, 29 de octubre de 2011

Sentimientos.

No volverás a sentir lo mismo, nunca. Los sentimientos cambian, vuelan, evolucionan pero nunca, nunca se repiten.


No vas a querer a nadie como quisiste a Javi, ni te besarán como lo hizo Jorge. ¿Y la noche de febrero que pasaste con Héctor? No se repetirá. Las sonrisas que te arrancaba Miguel no son como las que le regalabas a Rubén. Y suspirabas al acordarte de Víctor, pero en tu cabeza seguía vagando el recuerdo de Dani. Aún te acuerdas de cómo te miraba Juán y la respiración se te cortaba. Pero rápidamente pasó al olvido cuando conociste a Sergio. Le regalaste tu primer beso a David aunque hubieses querido que ese momento fuese con Andrés. Renunciaste a Iván, a tu mejor verano, cuando Carlos te cogió la mano y te susurro al oído. Adrián fue el primero que te dijo que te quería, y el primero que realmente lo sintió. Y aunque durante un tiempo pensaste que Alberto era perfecto para ti, descubriste que fue un amor pasajero. Desde joven tuviste a Nacho en tus pensamientos hasta que Ángel decidió expulsarlo y hacerse con el monopolio. Pero Aarón no permitió que ningún otro le eclipsará cuando te conoció, te quiso como pocos antes. Aún no has conocido a Pablo, pero te hará pasar los días más increíbles de tu vida. Y será Cristian quién te salve de una mala época con una sonrisa de la que quedarás presa durante tres años. Pedro te enseñará a soñar como nunca pensaste que podrías hacerlo. Pensarás que lo tuyo con Luis será eterno hasta que conozcas a Mario. Álvaro te dará los besos más cálidos y húmedos que nunca probaste. Se te parará el corazón con Manuel. Desnudarás con la mirada a Alex cuando le conozcas, y unas semanas después será él quien te desnude. Vas a querer con toda tu alma a Jaime, aunque nunca conseguirás olvidar a Marcos.  

Pero nunca querrás a ninguno igual, nunca sentirás lo mismo.
La vida empieza en cada beso, en cada mirada, en cada sonrisa.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Perdido



Crecí muy rápido, lloré muy poco, callé lo que no debí ocultar y cerré los ojos cuando mis principios cerraban los suyos.
Encerré mis sentimientos bajo una llave echa de suspiros de decepción que se llevó la vida.
Dejé de sentir; me perdí.
Escondí la mano con la que pequé. Caí tantas veces que olvidé levantarme. Hice de la decepción mi forma de vida y de mi camino, piedras con las que tropezar. Me rendí. Desprecié las ilusiones, que de joven cuidé, quise y amé, apartándolas de mi vida, como despojos, en un callejón sin salida.
Dejé de reír, dejé de soñar.
Escribí mil veces la palabra amor sin llegar nunca a saber qué significaba.
Perdí el contacto con mis sueños.
Tiré las sonrisas a un pozo que llaman olvido, sin retorno, sin vuelta, sin sonrisas de por vida.
Quise imaginar, volar, amar, sonreír, volver a ser feliz, quise...quise... quise quererlo. Pero no lo quise. 


Dejé de soñar

lunes, 24 de octubre de 2011

Pequeñas cosas


 Un domingo como otro cualquiera, con el mismo color, los mismos puestos, las prisas impacientes que no tienen un rumbo fijo, el olor a Rastro, la sonrisa que no puedo contener y por supuesto, los dos mismos ancianos que cantan con todas las ganas que la vida les da.



Cosas pequeñas, insignificantes,
casi sin importancia,
que hacen que la vida sea un poco más especial.

WaltDisney.


Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad...
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.

domingo, 23 de octubre de 2011

Injusticias.

Ya no lo aguanto más.

Ella es la noche.

Hoy se ha puesto su mejor sonrisa. Ya no se mira en los espejos como antes, ni busca miradas anónimas de admiración cuando pasea por la calle. Sólo le espera a él. Y eso es algo que ella, quizás, nunca admita.
No piensa ni quiere nada más, pero ella aún no lo sabe.
Sus pasos suenan en el eco de una calle casi vacía. Despierta el interés de los viandantes, y es lógico; es guapa, atractiva y tiene unos profundos ojos azules en los que se podría nadar durante años.
Le da miedo lo que pueda llegar a sentir, o mejor dicho, lo que pueda llegar a admitir que siente. Fuma nerviosa cuando los pensamientos se cruzan por su mente chocando unos con otros y asustándola. Ahora ya no anda tan segura, sus pasos se han vuelto torpes y su mirada se pierde en el infinito.
Ha llegado a su destino; el hospital. Da la última calada a un cigarro que ahora es su único desahogo. Lo mira profundamente, esperando que éste le dé una respuesta, una salida o algo de ánimo. Rendida ante la realidad lo tira furiosa contra el suelo. No le gusta sentirse así.
Sube a la tercera planta y en el espejo del ascensor se peina su rebelde pelo rubio. Aunque no satisfecha del todo, se sonríe por última vez infundiéndose fuerzas antes de salir y buscar la habitación en la que se encuentra la persona que ha robado cada hora de su mente durante toda la semana.
Aferra el pomo de la puerta sintiendo su frío tacto y siente volar todas sus dudas. Cierra los ojos y coge una gran bocanada de aire. Abre lentamente la puerta, pero entra decidida. Él está sentado en la cama, preparando la mejor de sus sonrisas para la chica que le ha quitado el sueño desde hace ya un tiempo. Ambos aprovechan un minuto para contemplarse. Él no puede explicarse que exista una chica como ella, y aún menos qué le hizo fijarse él. Ella, por su parte, sólo piensa en besarle, en abrazarle y no soltarle nunca. Él tenía algo que la chica no sabría describir, pero a ella no le importaban las palabras, porque aunque no supiera el qué, algo había, y eso le bastaba.
Se reprocha mentalmente las dudas que habían llenado su mente mientras el humo llenaba sus pulmones.
Sabe lo que quiere, que le quiere.
El chico mira la ventana y ve como el sol se esconde. Le había acompañado durante todo el día, y ahora parecía que la chica de ojos azules le haría el relevo. Si así era, prefería que nunca saliera el Sol.

sábado, 22 de octubre de 2011

¿Amor?


Una ilusión.
Una mentira.
Una salida,
por miedo,
soledad,
tristeza
o nostalgia.
Nostalgia de sentir a alguien,
de quererlo
y ser feliz.
O quizás una entrada.
A la felicidad.
o la desesperación.
Es aire,
aire envenenado,
un sueño de quinceañera,
el mayor engaño de la vida,
son cuatro letras
que desesperan
que ilusionan
que mienten
y... que dan la vida.

jueves, 20 de octubre de 2011

Nuevo Mundo

Tranquilo, voy a ser yo quien te cuide ahora. Llevas muchos años aguantando lo que no deberías haber sufrido. Cogeré un poco de desinfectante anti-capitalismo, limpiaré toda la corrupción que unos cuantos idiotas dejaron esparcida por encima de la justicia, les arrebataré el dinero a esos niños impertinentes que te han destruido por saber quién consigue más poder. Voy a partir la igualdad en trozos idénticos y la repartiré a tu alrededor. Si me dejo a alguien sin libertad recuérdamelo, llevamos ya demasiado tiempo sin que todos puedan disfrutar de ella y puede que, con la emoción, alguien se me pase. Quiero que dejes de tener miedo, porque no pienso dejar que los insensatos que se atrevieron a corromperte, te vuelvan a dañar. Han sido despedidos, ¡y sin finiquito! Les desterraremos al olvido, ¿de acuerdo? Nadie se acordará de ellos. Para que no hagan el viaje en vano he pensado que también se lleven la tristeza, la desconfianza y el miedo, en este nuevo mundo no quiero que nadie se acuerde de eso. Antes había demasiado; cuando la vida dejo de ser vida, hace ya mucho tiempo. Tú no lo viste, pero lo notaste, notaste como ya no había felicidad en el aire, sentiste la injusticia, y como las personas cada día, poco a poco, dejaban de serlo cada vez un poco más. Pero ya no te tienes que preocupar, porque yo te voy a cuidar.
Cambiaremos ese cartel de "¡Cuidado! Irresponsables trabajando" por uno en el que ponga "Reformas, soñadores creando" y cuando terminen las reformas, quedarás como nuevo, quizás mejor.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Utopías.

- ¡Nunca estás conforme!
- Lo dices como si fuera malo.
- Si sigues así nunca estarás contenta con nada. ¡No serás feliz!
- Yo soy feliz buscando mi utopía.
- ¿Sabes lo que significa utopía?
- ¡Claro!
- Una utopía es un proyecto o una idea irrealizable. Irrealizable, ¿comprendes? ¿Cómo puedes ser feliz buscando algo imposible?
- Me gustan los retos.
- No todo es tan malo, no todo hay que mejorarlo. No sabes lo que tienes.
- Lo que tú no sabes es lo que podríamos llegar a tener.
Las metas, los sueños, las utopías, no se ponen al ras del suelo, hay que colocarlas en las nubes, bien altas, para no poner cualquiera, para elegir las mejores. Para que cuando pienses que nunca podrás cumplirlas, levantes la cabeza y las veas, entonces pensarás "están ahí, ahí mismo, yo las veo, ¿por qué mis ojos iban a poder verlo si mis manos no pueden tocarlo?" Si tienes la capacidad de ver algo así, la tendrás para conseguirlo. Sólo hay que creer un poco, sólo hay que luchar.


lunes, 17 de octubre de 2011

Escribir


Voy a escribir hasta que me duelan los dedos, hasta que me sangren los ojos, hasta que se sequen mis ideas y alma se deteriore. Escribiré aunque me corten las manos, gritaré mis palabras aunque enmudezca. 
Seguiré sacando de mis venas cada letra y las grabaré a fuego si es necesario.
Dibujaré cada letra con sonrisas y miradas.
Llevo tinta en las entrañas y gracias a éstas puedo escribir cada momento de mi vida en mi mente. Recordarlo.
Escribo en Arial 12, para poder almacenar todo, aunque últimamente he tenido que bajar el tamaño de la letra, la vida no me da para tanto.
El pergamino de mis recuerdos se estremece con cada punzada de la pluma que gotea tinta, pero no cualquier tinta, tinta de sangre, de mi sangre, tinta cargada de mí.
Nunca voy a dejar de escribir, nunca dejaré de sentir, ni de olvidar, no voy a cambiar.

Vamos a hacer historia.

He dejado de respirar oxigeno, ahora respiro revolución. Ya no sueño un cambio; lo hago realidad. Mi voz no ha quedado reducida a un eco en mis pensamientos, ahora cientos de personas gritan junto a mí. Las palabras de mi mente han salido de ella para plasmarse en pancartas y carteles. La gente respira el mismo aire, lucha por las mismas metas, y eso se nota.
Aún recuerdo cuando cinco meses atrás unos "locos" decidieron acampar en Sol reivindicando la falta de democracia real de este país, recuerdo que nadie quiso darle demasiada importancia, recuerdo que dos días después la gente se unía, recuerdo que había muchísimas personas, recuerdo mis ganas por ir a vivirlo, por formar parte de aquello, recuerdo ver a gente, muy diferente en apariencia, compartir palabras sobre el movimiento que se formaba, recuerdo hablar de ello a todo el mundo con los ojos llenos de ilusión, recuerdo que el corazón se me aceleraba cada vez que iba allí, recuerdo el minuto de reflexión, recuerdo cada instante que pasé, cada lucha y cada grito. Ahora se retoma con más fuerza que antes, con 78 países de la mano de esta rebelión. 
Nos toca luchar, nos toca ganar.



"Si los de abajo nos movemos, los de arriba se balancean"
"No soy anti-sistema, el sistema es anti-yo"
"Violencia es no llegar a fin de mes"
"Manos arriba, esto es un contrato"
"No somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo y vamos a por los de arriba"

domingo, 16 de octubre de 2011

cambio.


Mil voces fusionadas en un solo grito. ¡Cambio! dice el pueblo. Cambio es lo que el pueblo tendrá.

lunes, 10 de octubre de 2011

Me consumes.


Cojes papel.
Me miras
Echas el tabaco con suavidad.
Me susurras al oído que me quieres, quizás sea verdad. 
Sacas el filtro y lo pones con cuidado
Te acercas y me besas como si fuese lo más frágil que nunca has tocado.
Lías el cigarro
Me lías a mí.
Lo enciendes.
Me enciendes.
Fumas.
Empiezo a consumirme.
Se te llenan los pulmones.
Me voy en cada suspiro.
Vuelves a fumar.
Me vuelves a traicionar, y yo dejo de creerme tus mentiras y empiezo a olvidar tus falsas sonrisas.

Me consumes.

La chica.


La chica ha decidido no salir de casa, ni de su habitación. Ha decidido que el mundo es demasiado peligroso para su corazón, demasiado cruel.
La chica llora en silencio a cada minuto que el mundo empeora, y esos son muchos minutos. Ella se ha rendido y no quiere seguir luchando, dice que es inútil. La chica piensa que ya a nadie le importa nada. Dice que la vida es triste porque nosotros la corrompemos. Ella un día luchó por el mundo y por las personas, un día gritó y sonrío pensando en el mundo que imaginaba que crearía. Pero ya no lo cree, sus sueños se han roto, sus ideas se han evaporado y su felicidad voló lejos. Su corazón tiene demasiado pegamento (para que no se le caigan los trozos que la vida rompió) como para volver a sentir.
La chica está ciega de rabia, muda de impotencia y sorda de injusticia. Ya nada es como antes, ni lo volverá a ser.
Ella ha decidido que antes de ver otra vida como nunca la querría, prefiere dejar de ver. Prefiere estar ciega en su inocencia y no volver a ver nada que no desee. Piensa que quizás así olvide ese mundo que tanto ha llegado a odiar; que olvide sus colores, sus texturas, sus formas, y las lágrimas que se grabaron tan a fuego en su memoria.

Ella ya no cree, ella ya no ve, ella ya no siente.

Todo está mal.

Todo está negro, todo está mal.
Escondo mi cara bajo mis manos que, poco a poco, se bañan por las lágrimas que salen a discreción de mis ojos como balas de una pistola que se dispara sola, sin permiso de su dueño.
Dejo caer el peso muerto de mi cuerpo y me siento apoyando mi espalda desnuda contra la gélida pared, pero mi piel agradece sentir algo, aunque sólo sea un escalofrío que me recuerde que estoy viva. Doblo mis piernas y las empujo contra mi pecho hasta que la respiración se me corta, posiblemente esa sea la razón por la que me cuesta respirar, pero modestamente también la atribuyo a la desesperación que hace días ha decidido apoderarse de mí. 
Mis pulmones agonizan angustia y me supone gran dificultad respirar, casi tanta como sonreír.
Las manos me tiemblan y ya no sé qué más hacer aparte de llorar.


Quizás...¿luchar?

jueves, 6 de octubre de 2011

Olor.

Huele a ti, ¿sabes? Huele a nuestras tardes juntos, a tus sonrisas y esas miradas que podrían durar años. Huele a todos los momentos que hemos pasado juntos. Me lleva a ti, y me hace recordar... recordarte. El tacto de tu piel junto a la mía, de tus labios contra los míos, de esos besos en el cuello y el roce de tus pestañas en mi cara. Huele a verano, a nuestra historia. De hecho, ya huele a historia de verano enterrada en el recuerdo.

Somos los nadie.

¿Madre? ¿Padre? No, no tengo, no sé lo que es tenerlos, ni creo que lo sepa. Me gustaría empezar presentándome, bien, soy Olvido, soy Indiferencia, soy Apatía, soy Desamor, Desesperación y Desesperanza. Podéis llamarme como queráis. Mi edad... podría decirse que tengo tantos años como la humanidad, ya que con ésta nació el abandono. Vivo en las calles de tu cuidad, en todas y en cada una, sentada en una esquina, viendo pasar vidas más dichosas que la mía, esperando que a alguna de esas vidas les sobre unas monedas para mí. Suelo conseguir bastantes, pero muy pocas miradas. ¿Se sienten culpables? Soy ese trocito de desprecio, su trocito de desprecio. He nacido de esta sociedad, y ahora ella, mi madre sin rostro (o quizás con demasiados) no quiere ni mirarme a los ojos. Esos ojos que ya sean de una niña o de un hombre entrado en años tienen el mismo derecho a vivir que cualquier otros ojos, esos ojos caídos y desesperanzados que luchan por cada aliento de su vida, esos ojos que cuando un día se apaguen a nadie le importará.
Somos los nadie, los hijos de la calle.


Amigas.

Personas que sino estuviesen en mi vida...simplemente dejaría de ser vida.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Tu vida.

No creas que tu vida es azar.

Tu vida, eres tú.

Huir.

Quiero correr. Huir lejos de aquí.
Quiero sentir las olas del mar contra mi piel.
...Y nadar hasta el amanecer.

Tormenta


Es una noche cerrada, cubierta por una capa de lluvia que arropa la luna. Las calles están desiertas excepto por tu recuerdo. Aún vaga por cada rincón de Madrid por el que paseamos juntos.
¿Ves aquella chica en la parada del autobús? Soy yo. Espero al olvido, me dijeron que paraba aquí. Pero no es cierto, sólo ha pasado la desesperación, la angustia y la impaciencia.
Me han engañado, ¿sabes? Pero, no importa, porque esta noche me acompañan los rayos para verlo todo más claro, y los truenos para no oír mis gritos de desesperación.
Las gotas que trae la tormenta se escurren por la cristalera de la parada, veo como caen poco a poco hasta llegar al suelo y reunirse con un pequeño riachuelo que se ha formado después de la primera hora de llovizna. 
Ojalá pudiese hacerlo yo, seguir ese río dejando atrás lo que me atrapó en el pasado de aquel cristal a la que llaman vida.



Luna.

Me mira desde la ventana, me susurra y acaricia.

Cada noche la Luna viene hasta mi cuarto y me dice que despierte.
No me da tiempo a negarme, porque su luz hace que mis párpados se levanten.
Y después lo olvido todo. No queda nada, ni siquiera el recuerdo.



Luna, como ninguna, bonita, preciosa, siempre desnúa

martes, 4 de octubre de 2011

Sólo una calada más


Tú no quieres hablar y yo he decidido dejar de sentir.

Sólo una calada más...
Ni una palabra.
Sólo una calada.
Tampoco miradas.
Otra calada más.
Ni tu olor.
Penúltima calada.
Tampoco tu voz
Un tiro más para que se consuma el último cigarro.
El último beso para consumirnos nosotros.


Sólo una calada, sólo un beso, sólo el fin.

Al borde del precipicio.

Cuando crees estar en al borde del precipicio.
Cuando crees que tienes que elegir un camino.
Cuando crees que mil metros te separan del suelo. 


Cuando pasas de creerlo a saberlo.

El amanecer.


Corre chica rubia, corre que el amanecer quiere alcanzarte. No podrás seguir huyendo mucho tiempo más de él con esos zapatos de tacón de aguja. ¿Nadie te dijo que la vida iba en tu busca?
No trates de evitarlo, te alcanzará. Bailarás una noche más con la Luna, pero es el Sol el que te espera esta vez.
Está enfadado porque tu pelo es de su mismo color, porque tus ojos alumbran más que él, y ya nadie habla del tiempo; sino de tu sonrisa.
Hasta ahora nadie se había atrevido a desafiarle, pero tú... tú le has sacado la lengua, le has guiñado un ojo y has echado a correr.

Muchacha de ojos verdes.


Se me escaparon los sueños. Intenté aferrarlos con todas mis fuerzas, intenté alcanzarlos cuando huyeron e intenté recordarlos cuando estaban perdidos. 
Quizás ese fue mi error; dejar de luchar y optar por llorar.





Deja de llorar muchacha, ¿nadie te dijo que en cada lágrima se va la esperanza?
Llorar, pequeña niña de ojos verdes, de corazón fuerte, nunca sirvió de nada; demuestra lo que vales, demuestra como eres, y lucha por todo lo que quieres.

lunes, 3 de octubre de 2011

Y la libertad.


Utilizo el sarcasmo como lenguaje habitual.
El amor como excusa para vivir.
La amistad como aire para respirar.
La familia como pretexto para luchar.
La inteligencia como arma.
La rebeldía como forma de vida.
La esperanza como lema.


Y la libertad...la libertad como pura existencia.