La chica ha decidido no salir de casa, ni de su habitación. Ha decidido que el mundo es demasiado peligroso para su corazón, demasiado cruel.
La chica llora en silencio a cada minuto que el mundo empeora, y esos son muchos minutos. Ella se ha rendido y no quiere seguir luchando, dice que es inútil. La chica piensa que ya a nadie le importa nada. Dice que la vida es triste porque nosotros la corrompemos. Ella un día luchó por el mundo y por las personas, un día gritó y sonrío pensando en el mundo que imaginaba que crearía. Pero ya no lo cree, sus sueños se han roto, sus ideas se han evaporado y su felicidad voló lejos. Su corazón tiene demasiado pegamento (para que no se le caigan los trozos que la vida rompió) como para volver a sentir.
La chica está ciega de rabia, muda de impotencia y sorda de injusticia. Ya nada es como antes, ni lo volverá a ser.
Ella ha decidido que antes de ver otra vida como nunca la querría, prefiere dejar de ver. Prefiere estar ciega en su inocencia y no volver a ver nada que no desee. Piensa que quizás así olvide ese mundo que tanto ha llegado a odiar; que olvide sus colores, sus texturas, sus formas, y las lágrimas que se grabaron tan a fuego en su memoria.
Ella ya no cree, ella ya no ve, ella ya no siente.
Sin comentarios..
ResponderEliminarImpresionante
Me gusta chavalita! ;)
ResponderEliminarMe encanta :)
ResponderEliminar¡¡Graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!
ResponderEliminar:DDDDD